martes, 20 de julio de 2010

"Chloe" de Atom Egoyan (2009)



Chloe es una película hermosísima. Influye el que salga Julianne Moore, reina de las pelirrojas, que aun teniendo la misma edad que mi madre, sigue siendo un tótem de sexualidad con pecas. Esto no me hace perder la objetividad, ya que la mujer de vez en cuando trabaja en mierdas como pianos, como “Next”, acompañada de Nicolas Cage. Pero en Chloe, podría decir que elabora uno de los mejores papeles que yo recuerde de su vida, con permiso de “Boogie Nights”. Su compañera en el film, Amanda Seyfried, es también terriblemente guapa y tampoco lo hace mal. Pero la verdadera belleza reside en unos escenarios que sobrepasan la linea de la pulcritud, tan limpios que podrían tildarse de quirúrgicos. Las estancias llenas de cristal y espejos, reflejan la soledad, el desamor, la perdida de juventud, y el deseo de volver a gustar, de forma sobresaliente. Incluso la música se oye como si fuera la que tiene puesta el vecino de arriba, creando un sentimiento de alejamiento de la pasión desolador. ¡Hasta los conciertos están vacíos! Y solo irán poblándose los decorados cuando nuestra amada Juliana comience a “sentir” de nuevo.



También se deja ver por allí el Liam Neeson este, ya sabéis, antiguo Jedi, nazi con corazoncito y ahora Hannibal en "El Equipo A". Un papel breve, pero determinante. Y no puedo decir mucho más si quiero conservar la trama intacta, que ya con lo dicho se pueden sacar bastantes conclusiones...


Por cierto, la peli es a veces un poco cochina. Así que si pensáis verla con la familia, quizá no sea del todo buena idea.


2 comentarios:

  1. Bastante de acuerdo con lo dicho. Interesante guión, pero sobre todo destacable cómo la película te va transportando, muy lentamente, por diferentes estados de la verdad, destapando la manta poco a poco, y te mete de lleno en la consciencia de Moore. Lo que menos me atrae es el final, aunque en realidad me gusta que te deje tan aliviado como desolado.

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