jueves, 30 de septiembre de 2010

Boardwalk Empire


Terence Winter (uno de los creadores de Los Soprano) y Martin Scorsese nos traen esta nueva serie para la HBO basada en la novela homónima de Nelson Johnson. No se me ocurre nada mas poderoso que añadir, pero los datos hablan por si solos: Con los dos primeros capítulos emitidos el 19 y 26 de septiembre, la cadena ha confirmado ya una segunda temporada, y es que con el estreno y reemisión de estos dos primeros episodios se ha superado la cifra de 7 millones de espectadores. A su vez, para tener una idea del tipo de producción que tenemos ante nosotros, el episodio piloto de hora y diez minutos de duración se dice que ha costado 20 millones de dolares.



La serie nos sitúa en plena eclosión de la ley seca, más concrétamente en la Atlantic City de New Jersey. Su principal protagonista será el tesorero de la ciudad a quien encarna Steve Buscemi, grande entre los grandes aunque no siempre parezca encajar vestuarios tan ostentosos. Michael Pitt (Funny Games remake) será su “chico de los recados”, quien tratará de hacer méritos para medrar en la vida del trapicheo y llevar diamantes a casa. También aparece por allí un jovencísimo Al Capone involucrado todavía en labores menores típicas del “músculo” de una agrupación. Me ha sorprendido ver que este papel fuese a parar a Stephen Graham, que no es otro que el gangster ingenuo y sin agallas de Snatch, solo que esta vez nos recuerda al mas desmedido Joe Pesci de Scorsese. Como suele ser habitual, la acción vaga también por personajes alejados de los conflictos principales o más bien afectados por ellos de forma indirecta. Allí esta Kelly Macdonald (No es país para viejos) en la más estremecedora interpretación de la mujer maltratada que yo he podido ver. Es una sorpresa ver como Michael Kenneth Williams tiene también un sitio en esta obra, aunque después del trabajo realizado con su Omar de The Wire, era de esperar que la cadena le brindase nuevas oportunidades.



Las comparaciones con Los Soprano son inevitables, pero lo cierto es que se aleja mucho de la influencia de esta. A parte de que el despliegue de medios es mucho mayor, su enfoque varia enormemente. El ambiente es más nocturno y de salón, muy apropiado para una sociedad en la que se tiende a esconder lo que molesta. Los personajes son mas independientes, no están todos bajo el influjo de una figura tan poderosa como era la de Tony. Tampoco se aprecia la visión cotidiana que veíamos cuando Gandolfini se alejaba del BadaBing o Satriale's para dar paso a conflictos familiares comunes. En Boardwalk Empire se respira hampa en cada secuencia, aunque bien es cierto que estos dos primeros episodios se han reservado unos pocos momentos en los que insertar recursos cómicos de bastante sutileza.


Y esto es todo a juzgar por los dos primeros capítulos. Después de ver el primero me vi dudando si ir directamente a por el segundo. La verdad es que otra hora sentado en este invento que tengo por sala de visionado no era muy tentador, pero tras el resumen del anterior más los créditos de inicio, sabía que había sido la decisión más acertada del día.




jueves, 16 de septiembre de 2010

Niños grandes (Grown ups) 2010



Ves el cartel de esta película y piensas: “Esto es una mierda”. Pero aún así la ves. Igual que con el tabaco. Solo que aquí no pone “Niños grandes mata”, pero es que la cara de anormal del Adam Sandler ya es suficiente advertencia. Como no se ni por donde empezar... Pondré unas fotillos.


Este es Adam Sandler, por si no le conocíais. Es algo así como el líder del grupo (su visera lo atestigua). Es un imbécil descomunal que pretende que sus hijos mimados a los que no les falta de nada, cojan una piedra y se pongan a jugar con ella. Una crítica feroz al aislamiento que impulsan las nuevas tecnologías. Su mujer es Salma Hayek, -que no se si es por la película pero me parece que ha perdido muchísimo encanto- una diseñadora que va y viene de Italia donde presenta sus modelitos. Como es mexicana, de vez en cuando se le escapa alguna palabra en castellano, para darle mas chicha a lo que es el personaje.


Aquí tenemos a Kevin James, el gordo del grupo. Como es gordo pues sera el encargado de llevarse todas las ostias de la película, siempre y cuando le queden escenas en las que no este haciendo sus necesidades, hablando de cuanto come o alguna otra cosa hilarante sobre gordos. Por lo menos se han ahorrado (siendo uno de los escenarios un parque acuático) la clásica bomba de agua que empapa hasta los huesos a cerca de 150 personas. Su mujer es tan rubia que le da la teta a su hijo de 4 años, que por si no funciona a la primera, lo hará unas tres o cuatro veces a lo largo del metraje.


Este de aquí es Chris Rock. Es el negro de la película. Tiene una madre -tambien negra- cuyo juanete del pie será determinante para el rumbo de esta historia.


David Spade. Un tipo que se cree Bon Jovi. Dice y hace las mismas tonterías que el resto, solo que de vez en cuando sujeta una cerveza o mira a alguna chavala. Como es el más loco de todos, pues no tiene mujer, y cuando el resto de sus troncolegas se pongan a bailar con sus parejitas, el hará lo propio con una cerveza en una escena cutre de cojones en la que parece se hubieran quedado a medio camino entre el drama de estar solo y el chiste de mierda, como queriendo guardar el respeto por las infelices almas solitarias del mundo.


Y por ultimo Rob Schneider, el genio tras la maravillosa “The Stapler”. Es el raro del grupo tirando hacia el rollo espiritual. Lleva sandalias, un peluquín y esta emparejado con la señora de la foto. Sus gags se reducirán a comentar sin pudor lo plena que es la vida sexual entre ambos.


El resto apesta tanto o más. A los hijos dan ganas de ahogarlos en sus propias heces. Pero lo peor de todo es que Steve Buscemi realiza un cameo.

Me piro a ver “Gozu” del Miike, que espero sea una truculencia morrocotuda. ¡Lo necesito!


lunes, 6 de septiembre de 2010

Paranoid Park (2007)



Gus Van Sant es el tipo que dirigió el guión de Matt Damon y Ben Affleck para la película “El indomable Will Hunting”. Con eso ya, me cae gordo. Hace un par de años se encargó de “Mi nombre es Harvey Milk”, esa en la que en el póster aparece Sean Penn súper feliz sobre un fondo de leche. Y Harvey Milk resulta que es homosexual. Metáforas de las gordas, vaya. El caso es que se llevo algún premio que otro, pero si es tan soporífera como “Paranoid Park” (bastante endiosada por “la red”) la va a ver Rita la de los pollos.



El flin tampoco es que sea malo, malo. Al principio atrapa bastante, pero llegará un momento en que algunos se darán cuenta de que les están tomando un poco el pelo. Tiene cosas “bonitas”, aunque alguna también un poco manida, como dejar fuera de foco y de plano a casi todos los adultos. Es muy experimental. El dire juega mucho con lo sensorial y hace cosas modernas como abrir o cerrar el diafragma, desenfocar la imagen o incrustar videos de baja calidad donde vemos a chavales con sus patinetes haciendo el anormal. Muchos dirán: “Oh, que metáfora más profunda la de los adolescentes bailando de un lado a otro en las bañeras de patinaje, atrapados los pobres”. Todo ello intercalado con unos planos ETERNOS de la soledad protagonista, que rozan casi lo pedófilo. Los hay incluso en la ducha y le veremos desvestirse en varias ocasiones. Pero lo más acertado es el trabajo en el sonido. La estructura de la trama es de estas caóticas en las que los acontecimientos del futuro y el pasado están entremezclados y que con el tratamiento que se le ha dado a lo sonoro, que también es un poco desordenado, dota a la cinta de un carácter onírico bastante majo. El principal problema en mi opinión, es que se busca narrar los sentimientos del protagonista por encima de los hechos dramáticos que le ocurrirán. Así explicado, yo no tendría ni por que estar en contra, pero es que el póbrecillo se siente siempre igual.