jueves, 31 de marzo de 2011

Sucker Punch 2011



Te sientas en la sala, y una voz en off empieza a contarte no sé qué tontás sobre unos universos que existen en nuestra mente. Le sigue una femenina vocecilla cantando unos versos que resultan familiares. Unas filas más adelante alguien le dice a su compañero “Sweet dreams”, pero lo dice bien alto, para que toda la sala vea la cultura musical que posee. Lo que no sabe es que a esta primera versión le seguirán unas cuantas más de los Pixies, Queen, Jefferson Airplane, Iggy y los Stooges, Roxy Music, Los Beatles… Todas bastante conocidas, para como ya digo, hacer del espectador una persona cultivada. Pero esto, unido a la calidad de la película, basada en petardos digitales, tetas y “stockings”, termina por recrear algo parecido a la introducción del Tekken pero de hora y media de duración. Lo malo es que a diferencia del Tekken, aquí de vez en cuando hablan. Hasta el guión es como el de un mal video-juego, pues para lograr sus objetivos, las chicas deberán conseguir un mechero, una llave, un cuchillo y un mapa. Falta una quinta cosa que no se sabe hasta el final lo que puede ser. Por el amor de Dios, que intrigón.



Podríamos entonces decir, que lo mejor de la película es el cúmulo de versiones musicales de la banda sonora. No es que sean buenas, pero como las conoces, es lo poco que te acerca a la pantalla. Los personajes son básicamente “cachondas” luciéndose. Van en plan guarras por que las explota sexualmente un hombre malvado que se parece al primo de Will Smith, Carlton Banks. No tienen otra cosa en la vida más que sus cuerpos, y el atinado Zack Snyder llegará frecuentemente a taparles la cara con los fusiles que manejan, que ya que tienen poquito carisma, lo mejor es que les miremos los muslos.

Por si no fuera poco, el final es de esos tramposos en los que te vienen a decir que todo era mentira y que te han engañado por que han creado unos laberintos invisibles en la trama que terminan por darte en toda la cara con un martillo que maneja Jon Hamm (¿Por qué, Jon Hamm? ¿Por qué?). El caso es que salvo a la chica que le enumeró todas las canciones que salían a su novio, a nadie le importa cuantas veces gire, se altere o distorsione el final de esta barraca.

En definitiva, escenas de acción súper poco emocionantes con el horroroso ralenti marca de la casa, canciones que pincharía el becario de Kiss fm cuando de madrugada nadie le ve y putas por doquier. Lo único bueno que puede traer esta película, es que en las próximas convenciones freaks o fiestas de disfraces, veamos a un grupo de adolescentes con sobrepeso disfrazadas de “Sucker Punch”.


lunes, 6 de diciembre de 2010

I saw the devil


“I saw the devil” es un dramón terrible venido desde Corea del sur, país cada vez más respetado y elogiado en lo que a cine se refiere. Tras su paseo festivalero y recibimiento positivo del público, parece que será otra película estandarte de la industria del país. Puede resultar un tanto extensa, quizá por lo agobiante de la trama o por unos sucesos argumentales basados en la reiteración; y tópica en lo que a mostrar dolor se refiere, jugueteando con talones y otras partes del cuerpo delicadas... A consecuencia de esto ultimo, puede parecer también más ofensiva de lo que en realidad termina siendo. Es tal vez, la película que más traumatismos craneales nos mostrará jamás, obviando en todos ellos los verdaderos problemas que en la vida real acarrearían, como bien nos enseñaron en Cracked.com.



Pero lo que nos retiene en este universo de dolor, es un duelo entre monstruos implacables donde a causa de todo el caos que reina en la historia, es difícil apostar por un claro vencedor. Las escenas de acción se harán de rogar, pero impresionarán por su realización, contundencia y el marco en el que estan inmersas. Estas exquisitas localizaciones son tan ricas en sus detalles que estos terminarán por convertirse en los promotores inmóviles de la pena, el odio, el dolor o la ira, cuando nuestras miradas se aparten de la acción principal. Muy pulcro. Muy coreano. Con una textura y un color soberbios, que hasta nos pueden hacer ver la belleza en una habitación donde yacen los pedazos de otro ser humano.


Destacar la interpretación de Min-sik Choi (Old boy) que parece se siente cómodo en los roles de psicópata y lo cierto es que infunde bastante respeto.


Ficha en imdb

La invasión de los ladrones de cuerpos


No siempre se tiene “cuerpo” para clásicos... Menos aún al asomarme a filmografías pendientes que producen tanto vértigo como la de Don Siegel. ¡Pero gracias a Dios, todos tenemos a nuestros compañeros de pasiones de espíritu divulgador y desinteresado que siempre están dispuestos a compartir sus descubrimientos! Y es que “La invasión de los ladrones de cuerpos” es un relato trepidante desde los mismos créditos iniciales.


La trama comienza cuando a modo de flashback, viviremos los inquietantes hechos vividos por un Doctor de los de antes, de los que tenían que interrumpir una cita con una joven quince años menor para diagnosticar el catarro del pequeño Jeremy. A partir de esta premisa seremos introducidos en la eclosion de un conflicto masivo desde un punto de vista sobresaliéntemente íntimo dentro de lo que resulta un universo único, dueño de su época. Ese encanto irrecuperable, con una ciencia-ficción ahora inocente, convierten a esta obra en irrepetible.



Por decir alguna contra, señalaría que no se fue muy sutil con el aspecto sentimental del relato. La chica que enamorará a nuestro protagonista, se intuye desde que aparece por primera vez en pantalla, ya que viene señalada con el vestido más original y atrevido (enseñando mucho hombro, vaya). Y la galanería americana de la época es cutre de cojones, pero bueno, son aspectos socioculturales de su tiempo, como que la gente se bese con la boca cerrada y apretando mucho.


Como curiosidad, durante los créditos vi el nombre de Sam Peckinpah, lo que me motivó a concentrarme en encontrar a este buen hombre en pantalla, pero como ya digo, el contacto con la película es inmediato, por lo que tuve que mirar después a ver donde demonios salia Peckinpah, y resultó ser el chico del gas que apareció unos segundos en el sótano.


Ficha en imdb

Sex and Fury


Sex and Fury fue denominada junto a otras películas similares del Japón de la época, “Pinky violence”, hijas de los “Pink films” nacidos en los 60, que no eran otra cosa que porno “softcore”. Es una de esas películas que a pesar de malas, es imposible que te caigan mal. En ella se cruzaran la ladrona y espadachina interpretada por la que parece ser una maestra del genero Reiko Ike, con la sueca Christina Lindberg, que hará las veces de espía y pistolera. Ambas tendrán sus encontronazos sexuales con los diferentes personajes de la trama, pero nunca se verán involucradas sobre el mismo tatami, lo que seguro más de uno habria soñado. Como son guapas y están dispuestas, se peca, para mi gusto, de demasiadas escenas de este tipo, pero también nos enseña cosas como que los japoneses ya estaban enfermos y gustaban de atar con cadenas a las mujeres en los 70, en la era Meiji y probablemente mucho más atrás.



Envueltas en una trama resuelta de forma un poco abrupta en las que las transiciones entre escenas pueden resultar a veces muy ásperas, termina por resultar entrañable debido a sus descabellados planos, el divertido uso oriental de los colores y los contrastes entre lo épico y lo hortera. Como dato curioso, Tarantino cogió prestadas diversas cosas de Sex and Fury que podemos ver en el primero de los volúmenes de Kill Bill.

Ficha en imdb

domingo, 10 de octubre de 2010

Como entrenar a tu dragón + 44 inch chest

44 INCH CHEST


Como ha sido domingo y estaba con un mal cuerpo horroroso, más vivo que muerto, por que si estuviese muerto no sentiría este dolor, me he visto dos peliculiñas a ver si me olvidaba un poco de toda la maldad del universo. Total, que he cenado a las siete de la tarde, por que también me he propuesto dejar de fumar de una maldita vez. Albóndigas con puré de patatas, con lo que una peli sobre criminales encajaría al dedillo con el plato. Y por allí tenia entre los torrents “44 inch chest”, un muy divertido drama de tíos duros ingleses. Siempre es divertido verles gritar y decir mucho fuck y soltar algún puñetazo, más aún con el estupendo reparto que posee. En el papel de protagonista tenemos a Ray Winstone, un hombre que tras consultarlo he debido de verle en varias películas pero nunca me ha llamado la atención hasta ahora. Interpreta a un hombre con sobrepeso y tirantes que queda desolado por un dramático suceso sentimental que tendrá que “resolver” en una habitación donde prácticamente solo hay un armario (de 44 pulgadas intuyo). Es un personaje muy reflexivo al que le veremos decir palabras mayúsculas sobre el amor y la vida, lo que para la típica visión del mafioso, resulta algo original. Entre los amigos que quieren ayudarle, destacare al televisivo Ian McShane (Deadwood, Los pilares de la tierra), que hay que reconocer que es un señor de mucho carisma y poderosa voz, pero que le han dado un personaje quizá demasiado vanidoso que cuando le toca hablar, los planos suelen esperar a que termine y se hacen un poco largos. También esta estupendo John Hurt (V de Vendetta, La llave del mal), que aporta casi todo el humor de la cinta chillando e insultando como el loco que es su personaje Peanut.


Sobre el film en general, pues habrá gente a la que le guste por que puede recordar a Reservoir Dogs y habrá otros que la odien por que también les recordará a Reservoir Dogs. No es Reservoir Dogs, pero ya se nos podrían ocurrir a todos unos guiones tan baratos y resultones, aunque al final puede que le sobren unos minutillos por que el tema no da para más... O escenas enteras como alguna que hay por ahí de carácter onírico, que están como un poco de moda y pocas veces funcionan.


COMO ENTRENAR A TU DRAGON


Tenia ganas de ver animación digital, aunque con el secreto de Kells quedase über-maravillado. Se que todo el mundo dice maravillas de Toy Story 3, pero tendría que ver primero la segunda parte y eso ya me da mas pereza. Como entrenar a tu dragón me ofrecía vikingos y dragones y no me ha decepcionado en absoluto.


La película es genial, divertidísima. En lo referente a los hechos entre personajes, digamos relacionales, pues si que hay una sensación de “esto yo ya lo he visto en otra parte” que al más terco le forzara a prever los futuros acontecimientos y con toda seguridad, acertarlos. Pero me cago en la leche, a mi de pequeñito me dan una película técnicamente impresionante, con bárbaros blandiendo hachas, fuego, peleas aéreas y destrucción y yo me meo encima. De haber sido así ahora tal vez fuese leñador en lugar de un cretino con un blog. ¡Puto Mufasa!


Las futuras entregas las veré en el cine con las gafas esas, que después del taquillazo que ha supuesto y siendo una saga de novelas de su autora original Cressida Cowell, esto huele a franquiciaca.


sábado, 9 de octubre de 2010

The Secret of Kells (2009)


Brendan es un pequeño aprendiz de monje que nunca ha salido de la abadía de Kells donde su tío, el abad, esta obsesionado con un posible ataque vikingo y tiene a toda la población levantando un muro preventivo. Pocas diversiones le quedan pues a nuestro protagonista que se dedicará a fantasear con mitos y leyendas y perseguir algún pato de vez en cuando. A partir de esta premisa se irá desarrollando una fábula sencillita donde la moraleja nos dirá cosas como que “el miedo es un ladrón”, que merece exponerse a los peligros del mundo con tal de contemplar la magia que en el habita o que la imaginación, la belleza y el poder de la palabra son una buena herramienta de pacificación que aunque no ganen mas guerras que el afilado acero, resultan también un buen refugio y enlace a ocultos extraordinarios. Había intentado no excederme en alabanzas, pero esta película ha supuesto un viaje tal a la magia que ha sido imposible evitar esta pomposidad.


Por encima de la trama, destaca sobre todo la forma en que esta animada la serie. Sin miedo a romper las perspectivas o introducir “txiribitas” que vuelan por la pantalla con un sentido que jamás alcanzarán las que suelen salir en las nuevas y oportunistas cintas 3D, a medio camino entre la vidriera y la pintura románica y plagado de lineas y geometría espirálica de unos colores nuevamente, mágicos. Muy cercano a lo que entre colegas llamamos “estilo Wind Waker”. Si a esto le sumamos una impresionante banda sonora que con sus notas de viento y cuerdas celtas te introduce en ese mundo de dibujo no realista para dejarte pegado incluso cuando los créditos llevan 3 minutos subiendo por la pantalla, el resultado termina siendo colosal. Hablando de los créditos, esta es la ultima canción que aparece bien entrados los mismos, por si no he sido capaz de convencer a nadie de que la vea:



domingo, 3 de octubre de 2010

Machete



Machete tiene tantos personajes y estos hablan tantísimo que llega a cansar. Pero hay uno que apenas dice nada y este es su protagonista. El Rodriguez lo ha plantado delante de la cámara con muy pocas frases y muy breves con lo que solo le queda girar la cabeza mientras los demás le hablan a el. Parece como si no se hubiese confiado en el. Y las primeras matanzas tienen su gracia, pero al final carecen de alma. La contienda final es anti-climax. Le podría haber echado una mano su amigo del alma Quentin, que en ese sentido es de los mejores.

Hay una tendencia a narrar una gran parte de la historia mediante imágenes en televisores que es incluso molesta. Parece que se ha buscado crear un personaje con la televisión, que tratándose de “Los States” tiene sentido, pero ya digo que su uso es exagerado. Unido a personajes de poca chicha que están ahí para enseñar alguna teta, como la LiLo, propician el atragantamiento a pesar de lo sencillo de la historieta.

La música corre a cargo de “Chingon”, la banda de Rodriguez, que francamente esta bastante bien aunque no escucharemos aquí una pieza de poder como fue la versión de Malagueña Salerosa de los créditos de Kill Bill.

En fin, una pequeña decepción, sobre todo por que hace falta mas cine de entretenimiento de corte adulto y sin pretensiones, pero que en este caso a mi no me ha convencido. Confío en que Rutger Hauer y su “Mendigo con escopeta” estén por encima.